Conocida como Hansen tipo I, la enfermedad del disco intervertebral aguda se caracteriza por una degeneración precoz del núcleo pulposo (se inicia entre los 6-7 meses de vida), del disco intervertebral localizado entre los cuerpos vertebrales formando una articulación de tipo anfiartrodial a lo largo de toda la columna (excepto entre atlas y axis y en la región sacra)1.
Se caracteriza por una degeneración de los glucosaminoglicanos y un incremento en el colágeno, el disco se deshidrata y calcifica, perdiendo elasticidad. Estos cambios provocan una disminución de la capacidad del disco de soportar presiones, facilitando la extrusión del contenido anormal del núcleo pulposo hacia el canal vertebral, produciendo contusión y compresión aguda sobre la médula espinal2.
Afecta especialmente a razas condrodistróficas, siendo la edad de presentación a partir de los 2-3 años aunque con una incidencia mayor en perros entre los 4-6 años3.
Los síntomas pueden varias dependiendo del grado de compresión medular que se produce. El inicio es agudo o hiperagudo, cursando con dolor2. En la clasificación se tiene en cuenta, en función de la sintomatología, la funcionalidad motora, sensitiva y urinaria; dolor; paresia y ataxia ambulatoria; paresia y ataxia no ambulatoria; -plejia: sin movimiento, con o sin incontinencia, con sensibilidad profunda; -plejia: con incontinencia y ausencia de nocicepción1. En las hernias cervicales puede haber dificultad respiratoria1.
El diagnóstico se realiza por los síntomas y pruebas de imagen: mielografía, TAC y/o RM, siendo las dos últimas las técnicas de elección en la mayoría de los casos.
El tratamiento puede ser conservador o quirúrgico. La primera opción es la elección en los casos en los que aparecen signos leves o en los casos en que no se puede realizar una intervención quirúrgica. La cirugía permite eliminar la compresión, siendo una de las técnicas más empleadas la hemilaminectomía.
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La terapia láser ha demostrado resultar de utilidad en diversas patologías del sistema nervioso, ayudando a conseguir un efecto analgésico4, de control de la inflamación5 y bioestimulante sobre el sistema nervioso6.
Además, en veterinaria el Dr. Draper publicó en 2012 un artículo demostrando los beneficios de la terapia láser en pacientes con enfermedad discal intervertebral aguda, después de ser sometidos a hemilaminectomía. Incluyeron 18 perros en el grupo control y 17 en el grupo tratado con láser (trataron durante 5 días consecutivos). Observaron que la media en que estos pacientes empezaban a andar fue de 3-5 días en el grupo tratado con láser, mientras que la media en el grupo control fue de 14 días7.
DoctorVet presenta protocolos para ayudar tanto en el tratamiento conservador como quirúrgico. Los protocolos de elección al inicio son el de inflamación y dolor general, con la pieza de mano sweeper (o barrido) en modo no contacto, ya que el paciente presenta dolor. Posteriormente, una vez que el dolor ha mejorado se recomienda combinar el protocolo inflamación con columna, usando la pieza de mano de massager (o de masaje) en modo contacto.
En cuanto a la agenda de tratamiento, se recomienda adaptarla al artículo de Draper, aplicando durante 5 días consecutivos tras la cirugía. En el tratamiento conservador 2-3 veces a la semana, hasta observar una mejoría en el paciente.
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